viernes, 14 de agosto de 2015

Tesis 12 de Rosa María Torres: De adecuarse al cambio a incidir sobre el cambio

¿De qué cambio estamos hablando?

Por: Felisa Victoriano


De acuerdo con Torres (2005), ni el cambio ni la innovación ni la forma son buenos por sí mismos: todo depende de la orientación y el sentido de los cambios propuestos. “Adaptarse al cambio” es la consigna para la educación del modelo liberal predominante.

Esta petición que se hace a la educación, entendemos, que lejos de ayudar a formar seres capaces de pensar, de criticar, de transformar las cosas para lograr una vida mejor, más bien los coloca en un sitial de conformismo  que les dice: esto es lo que hay y se les pide que en base a ello deben producir; bien lo mencionaba Torres (2000), al decir que en la formulación de los objetivos de la educación y el cambio educativo a nivel  mundial primó el enfoque de capital humano que ve en la educación esencialmente la herramienta para producir trabajadores calificados, útiles a las necesidades de la empresa, versátiles y flexibles para adecuarse a los cambios. 

Visto todo esto, se confirma que han quedado atrás los objetivos y fines de la educación que hablaban de concienciación, emancipación, liberación, desarrollo del pensamiento crítico y la autonomía, y de valores como la honestidad, la cooperación y la solidaridad ("bondades humanas").

En el caso de la República dominicana, dentro de sus fines, en el literal a) menciona el siguiente:

Formar personas, hombres y mujeres, libres, críticos y creativos, capaces de participar y constituir una sociedad libre, democrática y  participativa, justa y  solidaria; aptos para cuestionarla en forma permanente; que combinen el trabajo productivo, el servicio comunitario y la formación humanística, científica y tecnológica con el disfrute del acervo cultural de la humanidad, para contribuir al desarrollo nacional y a su propio desarrollo. (Ley General de Educación de la República Dominicana. 66-97).


Creemos, que aunque hayan quedado atrás las bondades humanas que facilitarían lograr este primer fin de nuestra educación, (y que consideramos definirá o apoyará el logro de los fines siguientes) esto no es imposible, pues “cambiando” podemos formar a esos hombres y mujeres que necesitamos, aportando lo mínimo, de manera oportuna, desde el sitial en que estemos.

Hoy se apela a la integración y a la adaptación en un mundo que lidia con la disgregación social, la violencia, la intolerancia, la guerra y la naturalización de la pobreza. Torres (2005). Agregaríamos que hay que apelar, de manera positiva, a formar un individuo que sea capaz de crear, ya que como bien dice Alain Touraine (1997, citado por Tedesco, 2004): “En un mundo en cambio y fuera de control, no existe otro punto de apoyo que el esfuerzo del individuo para transformar las experiencias vividas en construcción de sí como actor”.


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Referencias   
                                  
Ley General de Educación de la República Dominicana, 66-97. 
Tedesco, J. C. (2004). Igualdad de oportunidades y política educativa. Cadernos de pesquisa, 34 (123), 555-572.
Torres, R. M. (2000). Reformadores y docentes. El cambio atrapado entre dos lógicas. Instituto.
Torres, R. M. (2005).  Justicia educativa y justicia económica: 12 tesis para el cambio educativo. Movimiento Internacional Fe y Alegría. Madrid. 

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