Por Carmen
Martínez
Ciudadanía son los derechos universales consagrados
constitucionalmente (Andrade y Miranda s/f, citados por Gaudiano, 2003).
De acuerdo con Torres (2005), la educación básica
pasa a ser educación ciudadana, una educación que prepara el ejercicio activo
de la ciudadanía, desde la infancia hasta la edad adulta. Ella integra las
múltiples educaciones que suelen aparecer como temas aislados o transversales.
Educación para la salud, para la sexualidad, para el trabajo, para la paz, para
la resolución de conflictos, para la convivencia, para la defensa del medio
ambiente, para el desarrollo sustentable, para la participación, es decir como
todo esto son dimensiones constitutivas de una educación básica solida e
integral.
Por ser integral esta educación, necesitará la
actuación de actores que se comprometan a colaborar para lograrla, por lo que
estaría a cargo y presente en los siguientes escenarios:
Torres (op. cit.), presenta seis pilares generales que permiten avanzar
hacia una educación básica de formación:
- · Reconocer que todos niños, jóvenes y adultos tienen necesidades básicas de aprendizaje que resuelven dentro y fuera del sistema escolar durante toda su vida.
- · Partir de la identificación de las necesidades básicas de aprendizaje de la población y de los grupos tomando en cuenta lo fundamental para: A) diseñar contenidos, estrategias y medios de enseñanza adecuados a esas necesidades específicas. B) Identificar recursos o espacios aprovechables a nivel comunitario.
- · Ampliar las necesidades de aprendizaje percibidas, esto implica a los pobres, los más excluidos de fuentes y oportunidades de formación y conocimiento.
- · Poner en el centro el desarrollo del leguaje en sus cuatro funciones básicas Ej: hablar escuchar leer y escribir.
- · Diversificar y flexibilizar la oferta educativa. Calendario, horario, espacio, contenidos, métodos, medios, recursos, de acuerdo a las necesidades de quien aprende.
- · Compensar las desigualdades en las zonas y un grupo que enfrentan las condiciones más adversas a fin de evitar el círculo vicioso de pobre educación para los pobres. La compensación incluye la necesidad de una amplia oferta cultural que permita el acceso a medios de comunicación, bibliotecas, cine teatro, música, museos, exposición, galería de arte, circo.
Si un ciudadano es responsable de sus actos, solidario con su grupo,
honesto consigo mismo y con los demás, y se compromete con la equidad y la
justicia es porque se identifica con los demás y se siente parte del mismo
grupo.
Escalante (1993, citado por Gaudiano 2003) señala en este sentido que
las normas que componen el orden son de tal naturaleza que rara vez pueden
hacerse consiente. Se trata de esa sabiduría casi inaccesible del saber cómo
hacer las cosas, como comportarse y cómo comportarse es fundamental antes
situaciones nuevas.
La educación para la ciudadanía ambiental implica una pedagogía social,
que tiene como propósito desarrollar competencias para vivir de un modo que
implica la capacidad deliberada de saber elegir entre varias opciones, a partir
de consideraciones éticas e interés comunitarios. (Gaudiano, 2003).
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Referencias
Gaudiano, E. G. (2003). Educación para
la ciudadanía ambiental. Interciencia.
28(10), 611-615.
Torres, R. M. (2005). Justicia educativa y justicia económica: 12
tesis para el cambio educativo. Movimiento
Internacional Fe y Alegría. Madrid.
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