lunes, 17 de agosto de 2015

Hacia una educación básica como educación ciudadana


Por Carmen Martínez

Ciudadanía son los derechos universales consagrados constitucionalmente (Andrade y Miranda s/f, citados por Gaudiano, 2003).

De acuerdo con Torres (2005), la educación básica pasa a ser educación ciudadana, una educación que prepara el ejercicio activo de la ciudadanía, desde la infancia hasta la edad adulta. Ella integra las múltiples educaciones que suelen aparecer como temas aislados o transversales. Educación para la salud, para la sexualidad, para el trabajo, para la paz, para la resolución de conflictos, para la convivencia, para la defensa del medio ambiente, para el desarrollo sustentable, para la participación, es decir como todo esto son dimensiones constitutivas de una educación básica solida e integral.


Por ser integral esta educación, necesitará la actuación de actores que se comprometan a colaborar para lograrla, por lo que estaría a cargo y presente en los siguientes escenarios:

Torres (op. cit.), presenta seis pilares generales que permiten avanzar hacia una educación básica de formación:

  • ·   Reconocer que todos niños, jóvenes  y adultos tienen necesidades básicas de aprendizaje que resuelven dentro y fuera del sistema escolar durante toda su vida.
  • ·    Partir de la identificación de las necesidades básicas de aprendizaje de la población y de los grupos tomando en cuenta lo fundamental para: A) diseñar contenidos, estrategias y medios de enseñanza adecuados a esas necesidades específicas. B) Identificar recursos o espacios aprovechables a nivel comunitario.
  • ·   Ampliar las necesidades de aprendizaje percibidas, esto implica a los pobres, los más excluidos de fuentes y oportunidades de formación y conocimiento.
  • ·   Poner en el centro el desarrollo del leguaje en sus cuatro funciones básicas Ej: hablar escuchar leer y escribir.
  • ·  Diversificar y flexibilizar la oferta educativa. Calendario, horario, espacio, contenidos, métodos, medios, recursos, de acuerdo a las necesidades de quien aprende.
  • ·  Compensar las desigualdades en las zonas y un grupo que enfrentan las condiciones más adversas a fin de evitar el círculo vicioso de pobre educación para los pobres. La compensación incluye la necesidad de una amplia oferta cultural que permita el acceso a medios de comunicación, bibliotecas, cine teatro, música, museos, exposición, galería de arte, circo. 

Si un ciudadano es responsable de sus actos, solidario con su grupo, honesto consigo mismo y con los demás, y se compromete con la equidad y la justicia es porque se identifica con los demás y se siente parte del mismo grupo.

Escalante (1993, citado por Gaudiano 2003) señala en este sentido que las normas que componen el orden son de tal naturaleza que rara vez pueden hacerse consiente. Se trata de esa sabiduría casi inaccesible del saber cómo hacer las cosas, como comportarse y cómo comportarse es fundamental antes situaciones nuevas.

La educación para la ciudadanía ambiental implica una pedagogía social, que tiene como propósito desarrollar competencias para vivir de un modo que implica la capacidad deliberada de saber elegir entre varias opciones, a partir de consideraciones éticas e interés comunitarios. (Gaudiano, 2003).

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Referencias
Gaudiano, E. G. (2003). Educación para la ciudadanía ambiental. Interciencia. 28(10), 611-615.

Torres, R. M. (2005).  Justicia educativa y justicia económica: 12 tesis para el cambio educativo. Movimiento Internacional Fe y Alegría. Madrid. 

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